28 dic 2013

El Artista Marcial Completo


En muchas ocasiones me toca lidiar con amigos, conocidos y parientes cuando sale a relucir mi afición por las artes marciales, más concretamente el Karate.
Tetsuhiro Hokama 10º Dan

Más allá de las típicas bromas de "cualquiera se mete contigo", "a ver hazme una llave", "eres una máquina de matar", "oh a ti se te considera arma blanca", las cuales consigo desviar rápidamente diciendo que no soy tan bueno, o cambiando rápidamente de tema (¿se podrá considerar esto algún tipo de habilidad nija?), lo que mas parece llamar la atención de la gente es por qué sigo entrenando a pesar de haber llegado al cinto negro.

Esta pregunta es mucho mas compleja que las anteriores y suelo responder que entreno por que me gusta, lo cual es una verdad como un templo, pero una tras otra pregunta sobre el mismo tema me hacen preguntarme el verdadero porqué de seguir entrenando, tanto yo como cualquier artista marcial que haya llegado a la supuesta cima de su disciplina. 
¿por que el campeón del mundo de la UFC sigue entrenando?, ¿por que aquel gran maestro residente en Okinawa que ostenta el 10º Dan sigue entrenando? ¿no creen haberse completado como artistas marciales?

De lo cual extraemos la cuestión que titula este artículo, ¿cuándo se puede considerar que un artista marcial es completo?
Esta pregunta se puede afrontar de diversas formas, según el tipo de arte marcial que practiquemos.



Podríamos considerar artista marcial completo a aquel luchador que entrenando duro ha logrado dominar todas las fases del combate cuerpo a cuerpo, desde el uso del golpeo de brazos y piernas, hasta el mas puro forcejeo en el suelo, sabiendo moverse en todas las distancias, pegar, agarrar, tirar, luxar, estrangular...
Pero el campeón de la UFC, la organizacion de combate con pocas reglas más famosa del mundo, sigue entrenando día a día, ¿si fuese un luchador completo por que entrenaría?

También podríamos considerar artista marcial completo a aquel que en su disciplina ha llegado a lo más alto, pongamos un ejemplo diametralmente opuesto a las MMA, el kumite de Karate Deportivo WKF o JKA.
aquel karateka que controle la distancia, el timing, conozca las reglas, sus virtudes y defectos, sea veloz, explosivo, y domine perfectamente las técnicas más efectivas para este tipo de combate podría ser un ejemplo del artista marcial completo.
Pero el campeón del Mundo de la WKF irá a entrenar el próximo día como todo hijo de vecino, ¿Por qué seguiría llendo a entrenar si fuese el artista marcial completo?

Otra manera de visualizar el concepto completo, esta vez referido a la facción tradicional de las artes marciales, sería el caso de aquel artista marcial que conoce y domina a la perfección todos los Katas o formas de su estilo y cómo aplicarlos efectivamente en una situación hostil, los métodos de entrenamiento de su escuela y los trabajos complementarios. Pongamos el ejemplo de un Karateka de Goju Ryu por ser un estilo con pocos Katas, 12 incluyendo los básicos. Un gran maestro de Goju Ryu, que conoce estos 12 Katas, sus aplicaciones de bunkai, el entrenamiento específico de Goju Ryu y todo lo que concierne a su estilo, podría considerarse un artista marcial completo, pues conoce todo de su arte marcial.
Pero Hokama Tetsuhiro 10º Dan, uno de los más grandes maestros de Goju Ryu entrena cada semana, a parte de enseñar a sus alumnos. ¿Por qué seguiría entrenando si fuese el artista marcial completo?



Con diferentes (muy diferentes) ejemplos de algunas de las vertientes de las artes marciales he demostrado que sea como fuere, todos seguimos entrenando día a día, todos los que amamos las artes marciales sin importar al nivel que hayamos llegado o los éxitos que hayamos conseguido, metemos el gi en la mochila y entramos cada día al gimnasio sin sentirnos ni por un segundo llenos o completos como artistas marciales.


Y es que completar algo implica que haya un destino final el cual conseguimos al completarlo. 
No olvidemos que las artes marciales, o al menos como yo las comprendo, no consisten en una meta, sino en un camino, un viaje, y todo lo que ocurre durante el mismo.

Es por eso, porque quiero seguir viajando, porque quiero seguir caminando en mi Karate por lo que cada día me dejo la piel en el entrenamiento, sin importar la cantidad de Katas que conozca, el color del cinturón que sostiene mi chaqueta o los éxitos que pueda conseguir.
Es por eso que me gusta sentirme y ser un artista marcial incompleto.






26 dic 2013

Kata, el equilibrio entre estética y practicidad


El kata no es un ejercicio meramente estético, ni una demostración gimnástica de las capacidades atléticas de los karatekas.


Como ya dijimos en un artículo anterior, el kata es una regla mnemotécnica, una forma de recordar de manera efectiva diferentes estrategias y técnicas de combate para hacerlas más fáciles de transmitir y aprender.
Por lo tanto ¿hasta que punto debemos trabajar el kata como ejercicio físico? Si lo tratásemos estrictamente como simple compilación de técnicas, no tendría sentido ninguno definir aspectos como las posturas, la fuerza o kime, o incluso el embusen, ya que yo puedo acordarme perfectamente de lás técnicas practicando el kata con posturas poco ortodoxas, haciéndolo suave y sin preocuparme por las líneas del mismo.



Un ejemplo extremo de la practicidad pura del kata podemos encontrarlo en la ejecución del maestro del bunkai Taira Masaji (8° dan Goju Ryu), quien realiza los katas a un ritmo velocísimo y reduciendo los gestos técnicos a la mínima expresión, llegando a ser estéticamente un despropósito.

El otro extremo lo encontramos en los grandes competidores de kata, ya sea de la WKF y federaciones asociadas o de otras, donde casi hemos llegado al punto de realizar ejercicios gimnásticos con posturas sobre extendidas, movimientos robotizados e incluso en algunos casos, modificando los katas tradicionales para darles mayor espectacularidad.



Sinceramente creo que en este punto, como en todo, el equilibrio se encuentra en el término medio, debemos aceptar que el kata tiene una parte muy importante de desempeño estético, que lo ha acompañado durante toda la historia del Karate, por lo que debemos respetarlo y ejecutarlo bajo unos mínimos de formalidad y corrección técnica, pero sin olvidar que lo principal en el estudio y la realización de dicho kata es el conocimiento de las técnicas de combate que lleva asociadas, que hemos de investigar, aprender y practicar, pues de lo contrario estaremos perdiendo su esencia.




22 dic 2013

Kuro Obi

Habiendo asistido recientemente a unos de los exámenes de grado realizados por la Federación Madrileña de Karate, en calidad de aspirante y de uke, he tenido la oportunidad de pasar una jornada completa en compañía de gran cantidad de Karatekas, de estilos y formas de ver el Karate muy diferentes. 
Practicantes de Shito Ryu, Shotokan, Uechi Ryu, Goju Ryu e incluso Wado Ryu, competidores, tradicionalistas y pragmáticos nos dimos cita ayer con un objetivo en común: Realizar un buen examen y alcanzar el siguiente grado que acredite el esfuerzo que depositamos cada día en el Karate.

Fué un buen día, al menos para mí, mi uke y para aquellos que conocía o tuve la suerte de conocer, pues si bien no todos los aspirantes, una gran mayoría conseguimos alcanzar nuestro objetivo.

El cinturón negro, o Kuro Obi siempre ha simbolizado la destreza, la maestría, es todo cuanto ansia cada nuevo karateka que entra por la puerta de cualquier gimnasio, que mira con ilusión y respeto a los más veteranos de la clase, aquellos que han conseguido la cinta negra, y sueña con el día en que pueda llevarla en su cintura.

Si bien esto es un ideal muy poderoso, no es muy realista, pues todos hemos admirado a los cinturones negros cuando éramos novatos pero con el tiempo descubrimos que no hay que estar hecho de una pasta especial para ser digno de la cinta, realmente hoy en día, cualquiera puede llegar a serlo con un mínimo de constancia y esfuerzo.

La verdadera enseñanza del cinturón negro, radica en que no es la meta, sino el comienzo, y esto es algo que sólo se comprende una vez alcanzado este punto. 

El camino del Karateka es similar al de una cría de salmón. Al igual que el karateka desde la primera vez que entra en el Dojo enfoca todos sus esfuerzos en obtener la meta, el Kuro Obi, la cría de salmón que nace en lo alto del río vuelca su energía para llegar a la desembocadura. 
Pero una vez que el pequeño salmón llega a la desembocadura del río, comprende que no es la meta, sino el comienzo, que dispone ante él de todo el vasto e inmenso mar.

Sólo me queda dar mi enhorabuena a todos aquellos que obtuvieron el Kuro Obi, pues tenéis ante vosotros el océano del Karate, dispuesto a que exploréis cada uno de sus rincones.


16 dic 2013

Grandes maestros: Chojun Miyagi

Chojun Miyagi fué uno de los padres del Karate okinawense, fundador de una de las líneas más extendidas y reconocidas por el mundo entero, el Goju Ryu.


Chojun Miyagi


Nació en 1888 en la localidad de Naha, el puerto pesquero de Okinawa, y fué adoptado por una familia noble, debido a esta holgada situación económica Miyagi decidió dedicarse por completo al estudio de las artes marciales, entrenando desde temprana edad con Ryuko Arakaki, para ponerse a disposición de Kanryu Higashionna, su principal maestro, a la edad de 14 años.
Se dice que Miyagi estudió bajo la tutela de Higashionna durante 13 años hasta su muerte, aprendiendo de él los katas sanchin, sanseiru, seisan y suparimpei. Este entrenamiento se vió interrumpido dos años en los que Miyagi completó el servicio militar.

Tras la muerte del maestro Higashionna, Miyagi viajó a la provincia china de Fujian para buscar al legendario Ru Ru Ko, siguiendo los pasos de su maestro. Esta empresa fracasó, y Miyagi sólo pudo visitar la tumba del maestro chino, pero el viaje no fué infructuoso, y tuvo la oportunidad de aprender de los estilos de la grulla del sur, siendo la aportación más evidente de dichos estilos el kata Tensho, compilado por Miyagi a partir de una rutina de entrenamiento de giros y golpes de mano abierta llamado Rokkishu, desarrollado por este estilo de Kung Fu.



A la vuelta de China, el arte del Karate se encontraba  en plena expansión, pues comenzaron los viajes de Funakoshi a Japón y se empezó a crear interes por el arte okinawense.
Miyagi abrió un dojo, llamado "el Jardín", donde entrenaba con un pequeño grupo de alumnos, entre los que destacaban Eiichi Miyazato, Meitoku Yagi, Seikichi toguchi y su alumno mas aventajado, Shinzato Jin'an.

Comenzaron las exhibiciones, y Miyagi fué el representante de Naha-te enviado ante el príncipe de Japón en sucesivos viajes, donde se reconoce el valor del arte de Miyagi y se le da el nombre por el que lo conocemos actualmente, Goju Ryu, nombre extraído de un principio dual existente en las artes marciales chinas "Ho wa goju o tondo su" todo el universo respira duro y suave.
Miyagi inscribe su arte marcial en la Dai Nippon Butotkukai y es reconocido con el título de Kyoshi, ademas de representante de todas las artes marciales okinawenses ante dicha institución.
Fundó una sociedad para el estudio del Karate de Okinawa, junto a Kenwa Mabuni y Choyu Motobu, donde intercambiaban técnicas y conocimientos, y se comenzó la enseñanza del Karate a los cuerpos policiales y en las escuelas.


Con la llegada de la segunda guerra mundial, todo cambió en la isla de Okinawa, y se interrumpió la enseñanza del Karate, fué una época muy dura para Miyagi, pues la guerra se llevó a dos de sus hijos y a su alumno mas aventajado Shinzato Jin'an.

El maestro Miyagi falleció en 1953, por un fallo cardíaco, sin dejar un sucesor para el arte que había fundado, pero muchos instructores de Goju Ryu se proclamaron como tal, y aún hoy en día siguen haciéndolo.


Me gustaría terminar con un extracto de un comunicado de Seikichi Toguchi, uno de sus principales alumnos.

-Dejadme primero decir, que yo no fui nombrado sucesor del Goju Ryu por parte de Miyagi, así como tampoco lo fue nadie mas. Hay algunos instructores que afirman haber sido nombrados sucesores de forma privada por parte del Maestro, estas afirmaciones son avergonzantes e irrespetuosas para con su memoria. Él jamás publicó ningún nombre como sucesor. El sentido comun dicta, que en caso de que él hubiera escogido a alguien para ser su sucesor, sería un alumno que hubiera recibido sus enseñanzas durante largo tiempo, y que habría sido publicado de alguna forma para que tuviese valor. Miyagi no era un hombre que hiciera las cosas de cualquier manera, todo lo hacia deliberadamente y de forma precisa.
Siento que el Maestro Miyagi estaría revolviéndose en su tumba ante las ridículas afirmaciones sobre este tema.-
                                                                                                                        Seikichi Toguchi






13 dic 2013

El hikite sirve para algo


Una de las preguntas más habituales que suelo recibir de compañeros que no practican karate (aunque apuesto a que la mayoría de karatekas también desconoce esta cuestión) está relacionada con el hikite o puño contrario al que golpea. ¿Por qué en Karate se llevan los puños a la cintura en lugar de cubrir la cara como en otras artes de lucha y deportes de contacto como el Muay thai o el Boxeo?

Lo cierto es que puede ayudarte a golpear más fuerte o con más penetración, al ser el recorrido desde la cadera hasta el golpeo mas amplio que desde la guardia al golpe, pero la intención no es esa, ni mucho menos, ya que en un combate del tipo que sea, incluida una situación de defensa personal, llevar las manos a la cintura y dejar la cara descubierta es una táctica un tanto kamikaze.


Decidí escribir este artículo esta misma noche cuando tuve acceso a un ejemplar on-line del libro de Motobu Choki "Watashi No Todejutsu", en el cual a parte de enseñar la secuencia básica de movimientos del kata naifanchin shodan, también se muestra una serie de aplicaciones con un uke.


No debemos olvidar que Motobu, a parte de alumno directo de Itosu, fué además conocido por ser aficionado a la gresca, el vino y las mujeres, recorriendo los bares de Okinawa y solventando los problemas a mamporros al mas puro estilo Chuck Norris.
Recalco esta faceta del maestro Motobu, porque como persona conflictiva, conocía perfectamente la aplicación efectiva de las técnicas del Karate en un entorno hostil.


Dicho esto, en las imágenes obtenidas de este documento, se puede apreciar como en todas y cada una de las técnicas por parejas, Motobu tiene el puño que no golpea, hikite, a la altura de la cadera, pero... ¡sorpresa! Este puño en lugar de no hacer nada, se encuentra en todo momento controlando al oponente, ya sea agarrando su brazo o sujetándolo.


Motobu Choki sensei mostrando varios tipos de aplicaciones *


Por eso no debemos olvidar, a la hora de plantear nuestras propias aplicaciones, que tenemos dos brazos, y ambos brazos cumplen una función que va más allá de encontrar una postura estética, o de otorgar mas fuerza al golpe.
Así pues, ¿Te ves capaz de utilizar ambos brazos a la vez? ¿O ya se te ha olvidado que ese hikite de tu cadera sirve para algo?



* Imágenes pertenecientes al museo de Karate de Hawaii

10 dic 2013

Kudo, los extremos se tocan.





Impresionante, verdad?

El Kudo Daido Juku, es un sistema deportivo de combate de pleno contacto, fundado en la década de 1980 por un campeón mundial de Kyokushin y cinturón negro de Judo al que su sistema le parecía poco realista.

En sus inicios se limitaba a una mezcla de estos dos estilos, pero actualmente ha llegado a medio mundo y se puede considerar una modalidad de artes marciales mixtas con protecciones y gi, en las que se pueden utilizar una gran variedad de técnicas.

Las reglas de este tipo de combate son muy abiertas, permitiéndose casi cualquier tipo de golpeo con brazos y piernas, derribos y técnicas de suelo, las limitaciones más importantes son la duración de forcejeo sin técnica efectiva en el suelo, que dura un máximo de 30 segundos (en caso de que se estén produciendo técnicas se alarga este tiempo), y el golpeo a un oponente caído, que no se hace a pleno contacto, si no marcando.

Estas reglas (bastante racionales) y el uso de protecciones tan seguras como el casco de pecera, permiten que el Kudo llegue a mucha más gente y que los combates no sean auténticas escabechinas como en los casos de las MMA.

Cuando conocí por primera vez este arte marcial, leyendo la historia y las bases del mismo todo indicaba que era el estilo de Karate, si se podía considerar un estilo de Karate, más alejado de los orígenes okinawenses con diferencia.

Es una disciplina puramente deportiva, en la cual los practicantes entrenan por y para las reglas de su combate, donde la defensa personal como la conocemos no tiene cabida ninguna, proviene del Kyokushinkai, probablemente el estilo más japonés que existe (y por tanto, menos okinawense), y del Judo, un arte marcial de origen japonés que igualmente vive para la competición.



Mabuni y Rizaemon vistiendo un Bogu
Pero entonces recordé haber visto esta foto.

En ella se puede ver al maestro Kenwa Mabuni (sentado) y a Matsubara Rizaemon vistiendo un atuendo de protección completo, llamado Bogu en japonés, tras una sesión de Kumite.
Y es que era habitual en okinawa, con la primera expansión del Karate, que los maestros de diferentes estilos se dieran cita para probar y experimentar sus técnicas, y recurrían a atuendos similares y protecciones, muchas veces traídas del Kendo o el Boxeo occidental, para poder hacerlo a plena potencia sin causarse daños graves entre ellos o a los alumnos.

En ese momento imaginé a los maestros de Karate realizando este tipo de entrenamiento en la época actual, y no los vi muy diferentes del vídeo que encabeza el artículo.



Los extremos se tocan, aunque el Kudo no tenga nada que ver con el Karate okinawense, mantiene vivo aquel espíritu de los protagonistas de la foto, de probar tus técnicas en un combate hombre a hombre, y comprobar si son superiores a las de tu oponente.

La tradicionalidad no consiste en seguir ciegamente a tu maestro, haciendo exactamente lo que él hacía y como él lo hacía, consiste en mirar hacia adelante y perseguir el mismo objetivo que tenía tu maestro.



7 dic 2013

Kata


El Kata, base del Karate común a todos y cada uno de los practicantes del mundo, es posible que encuentres escuelas en las que no practiquen kumite, ni hojo undo, ni bunkai, incluso puedes encontrar escuelas de karate donde no practican kihon propiamente dicho, pero vayas a donde vayas, por raro que sea el maestro y recóndito que sea el lugar, no encontrarás una sola escuela de Karate en la que no se practique Kata.


Es también uno de los elementos más carácteristicos y menos predecibles para los novatos, en mi caso, cuando empecé en Karate, pensaba que iba a hacer movimientos de golpes, pegar gritos, aprender técnicas mortales, meditar de rodillas, e incluso pelear en la clase, pero lo que no me esperaba era que existiera algo como el Kata, de hecho me quedé bastante sorprendido cuando vi que todos los compañeros hacían series largas de movimientos todos coordinados, hasta que lo entendí.


Sorprendentemente, aunque sea el aspecto del karate más trabajado, pulido hasta el extremo, gran cantidad de practicantes desconocen cuál es el verdadero significado del Kata, si pides uno a uno a tus compañeros de dojo que definan lo que es un Kata, estoy seguro que más de la mitad te daría una respuesta incorrecta.
Durante años se ha extendido una definición de Kata que está muy alejada de la realidad, dicha definicion es: (léase con voz grave y profunda de Sensei muchodan)

-El Kata es una combinación de movimientos de ataque y defensa que simulan una pelea contra uno o varios oponentes imaginarios-

Esta definición es la clásica definicion occidental de lo que es un Kata, un resultado del desconocimiento que había en el reciente pasado de la visión completa del Karate que podemos tener hoy en día.



Para aprender el auténtico significado del Kata debemos remontarnos a sus orígenes, pues si los Katas los idearon y recogieron maestros como Higashionna, Itosu, Mabuni, Matsumura, Kusanku, Miyagi y muchos otros, debemos retroceder a su tiempo para averiguar por y para que los crearon.

El origen de los Katas está en China, donde en las diferentes artes de Chuan Fa era habitual la realización y entrenamiento de estas secuencias de movimientos, de allí se trasladarían a Okinawa, donde no existía dicha tradicion de realizar Katas, y se tomó por parte de los grandes maestros como forma de enseñanza.


Si nos fijamos en otras artes marciales como el Ju Jutsu, el Judo, o el Kempo americano, vemos que poseen un gran número de técnicas sueltas que se van enseñando a lo largo de la práctica, en el caso del Kempo americano, cada técnica de defensa personal se designa con un numero.

Esto entraña suma dificultad para los maestros, pues deben recordar y transmitir todas las técnicas de memoria, o apoyándose en algún soporte como escritos y recopilatorios de técnicas, siendo en muchas ocasiones imposible que se pierda alguna de ellas en los distintos pasos de alumno a maestro.


Sin embargo en las artes marciales que comparten la tradición de las formas o Katas originaria de los estilos chinos, no es necesario apuntar las técnicas o memorizarlas, pues se encuentran todas en el Kata.

El Kata se trata entonces de una regla mnemotécnica, utilizada por los grandes maestros para recordar las técnicas que caracterizaban a su estilo, y fuese más fácil de transmitir, ya que es mucho más sencillo recordar 12/15 Katas, que no 200 o 300 técnicas sueltas.



Utilizando un símil literario, podemos comparar el Kata al índice de un libro, te da los puntos de referencia y te señala a dónde tienes que ir para encontrar la información completa, que en el caso de las artes marciales se trata de las aplicaciones de defensa personal y/o combate que se encuentran en el Kata.

Por supuesto de esta definición quedan excluidos todos los Katas de iniciación, como los pinan/heian, los taikyokus, los gekisai, y los fukyukata, por ser la intención de estos meramente introductorios al arte, haciendo de guía a los más novatos para el aprendizaje de posturas y técnicas sencillas.




4 dic 2013

Cross Training



Como gran apasionado de las artes marciales que soy, siempre me ha gustado moverme por mi ciudad e ir entrenando otros sistemas de combate, acompañando a sus entrenamientos a amigos que practican otras disciplinas, asistiendo a diversos seminarios o directamente poniéndome en contacto con los maestros en cuestión. 
La verdad es que cada vez que entro en un gimnasio y entreno algo nuevo, siempre acaba siendo una grata experiencia, de la que me llevo algo que me resulta útil.

Hablo de mi experiencia porque es de sobra conocido que muchos maestros están en desacuerdo con que sus alumnos asistan a otras clases o seminarios de otros artes marciales, estilos, o incluso dentro del mismo estilo no permiten que los alumnos vean ni entrenen otras cosas.
La única razón que se me ocurre para semejante tontería, es que dicho maestro que no te deja "salir" de su propio dojo, tiene miedo de que encuentres en otro grupo de entrenamiento lo que él no es capaz de darte, ya sea un mejor entrenamiento, una visión mas profunda de las artes marciales o simplemente que te guste más la forma de llevar la clase.

Personalmente siempre que he entrenado otras cosas ha sido a la vez que mi Karate, el Karate es mi pasión, mi base sobre la cual voy reuniendo pequeños trozos de diferentes maestros, sistemas y artes marciales. No me he planteado dejar de entrenar Karate con mi maestro por la sencilla razón de que creo que en ningún otro lugar entrenase como lo hago aquí, aunque mi maestro no me pueda enseñar ciertos aspectos que despiertan mi curiosidad. 
Pero claro, mi maestro siempre me ha alentado a moverme, a probar otras cosas para encontrar aquello que me faltaba y así estar satisfecho con mi desempeño.
Recuerdo un día que le pregunté si sabía algo de Kobudo, y en lugar de enseñarme las cuatro cosas que sabía, me dio referencias de buenos maestros para que fuese a entrenar.


Recomiendo encarecidamente a todos los practicantes de Karate y otras disciplinas a moverse, aprender de otros sistemas, de otros maestros, incluso de aquello que no te llama la atención, si tienes la oportunidad de probarlo, prueba.
Ya sea tu motivación el fantasioso ideal de "ser el luchador perfecto" y dominar todas las distancias del combate, o porque tengas esa inquietud de aprender más y más, no te encierres en tu tatami, dale una oportunidad y aprende de todo.
Aunque creas que el Tai Chi sólo es gimnasia para abuelitos, prueba, aunque pienses que a clases de MMA sólo van zumbados a darse golpes, prueba.


Todas y cada una de las personas con las que te cruzas a lo largo de tu vida sabe algo que tu desconoces.
Está en tu mano extraerlo y aplicarlo a tu Karate, a tu forma de vivir.







1 dic 2013

Negro sobre blanco


Entré en el vestuario del gimnasio como cualquier otro día, acostumbrado a llegar un poco antes para poner a punto la máquina antes de la clase de Karate. 
Como es habitual en muchos gimnasios la clase de adultos es precedida por la de los niños, y coincidimos en el vestuario los que nos ponemos el karategi y los que se lo quitan.

La verdad es que los niños que van al gimnasio donde entreno son bastante revoltosos, en especial el más novato, un niño de no más de 8 años y cinta blanca, pero es inusualmente aplicado cuando falta su compañero de travesuras, como era el caso de este día.


Me encontraba vistiendome cuando me hizo la difícil pregunta:
-¿Por qué sigues entrenando si ya eres cinturón negro?-



Atropelladamente respondí lo que me dijo mi maestro el día que obtuve dicho cinturón:
-Porque el cinturón negro no es el final-
A lo que el niño me pregunta que cuál es el final, pregunta que no soy capaz de responder.

Lo más sorprendente y lo que me ha hecho reflexionar muchas noches desde aquello, es que tras mucho insistir, el kohai se quedó callado unos segundos y con una firme y pausada voz dijo:

-Entonces el final es volver al blanco-