24 sept 2013

Reflexión: Mentes cuadradas en cajas cuadradas.

Quizá haya sido yo, que he tenido suerte, o que siempre me enseñaron a comer de todo, pero el caso es que me desesperan las personas intolerantes, y por extensión, cerradas.
En cualquier ámbito, desde la vida cotidiana con la abuela vestida de visión preocupada porque una familia de negros se ha mudado al bloque de al lado, o aquel profesor que exige los trabajos a doble espacio con una letra y tamaño preciso y si la pusiste un punto más alto no te corrige.
Esto me lleva a una de las cosas que más me enerva del mundo marcial, y es que si algo tenemos para regalar son maestros cuadriculados.
Es deprimente cuando te cruzas con individuos de esta índole

-¡Esa patada no es de Karate porque no viene en los katas!-

Pero aún es peor cuando el sujeto en cuestión es una persona "importante" dentro de este mundo. Se creen en posesión de la verdad absoluta y de autoridad suficiente para reírse de otros karatekas que trabajan duro para mostrar conceptos diferentes e innovadores.

...pero qué puedes esperar de aquellos que dicen que haces Aikido porque le haces una luxación al uke...


Después de esta anécdota reflexionemos las razones por las cuales estos "maestros" se cierran en su mundo y no ven más allá del cristal de su pecera.
Yo tengo una teoría y creo que es bastante acertada. Desconocimiento, ignorancia, conformismo, vaguería, comodidad. (Vaya unas cualidades para un maestro karateka de primer nivel, ¿no?).


¿Para que voy a arriesgarme a aprender algo nuevo si yo ya sé todo lo que tengo que saber? Y encima es complicado, no es gedan barai-gyaku tsuki... Voy a quedar en evidencia delante de toda esta gente, YO soy mejor que todos ellos.

Mejor me quedo en mi gimnasio y vuelvo a hacer los yakusokus que hago cada día, que eso sí que lo clavo.
Y los demás pues... No hacen Karate.
El Karate es lo que yo hago.
YO soy el karate.
Aunque...

Por eso aunque más rabia que otra cosa estos "encajonados" me dan cierto grado de lástima. Son esclavos de su soberbia y de sus danes.
Todo se reduce a la siguiente pregunta que te traslado para que reflexiones y contestes:



¿Prefieres ser el pez mas grande de la charca, o un pez más en el vasto océano?

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